Shade Empire, entre la melodía y la furia
La oferta de espectáculos y conciertos ha crecido exponencialmente en el último par de años en el país. La creación y continuidad de nuevos festivales, así como giras y presentaciones exclusivas para México, aunado a las promotores que invierten en traer bandas de gran calidad a la mal llamada provincia, han tenido mucho que ver posterior a la pandemia.
Al asistir a este tipo de eventos, propiciamos a que se continúe con este empuje. Al final, son negocios. Y a su vez, apoyamos a las mismas agrupaciones al adquirir su mercancía y al disfrutar sus puestas en escena.
Así fue como nos dimos cuenta ante la oferta variada de espectáculos que Shade Empire haría gira por México, y una de sus presentaciones tendrá lugar en Frankýs Stage en el Centro Histórico de San Luis Potosí.
Creado en Kupio, Finlandia, Shade Empire ha desarrollado desde 1999 su propio género. ¿Cómo describirlo? Patrones de guitarra indescriptiblemente brutales, muros de sintetizadores de múltiples capas y sin embargo hermosos, ingeniosos arreglos combinados con electrónica, devastadoras partes de batería, complejos asaltos de bajo, y las voces únicas que vienen directamente de las profundas fosas del infierno.
Cuentan con seis producciones discográficas de larga duración, todos y cada uno de ellos no tienen desperdicio. Su combinación de death-black metal progresivo (si queremos catalogarlos de alguna forma) encuentran solidez con lo atmosférico de sus temas. Altamente recomendables para los que quieren nuevas experiencias sonoras dentro del metal.
Como teloneros, se presentaron las bandas locales Abysmal Void y ROT. Los primeros definen su propuesta musical como “del heavy y el doom creamos densidad y oscuridad pura, con nuestro pesado y frenético sonido”. Mientras que los segundos ofrecen un death metal con alta brutalidad tanto sonora como interpretativa.
A su vez, también tocaron This Is Hell directos desde la Ciudad de México, conjunto más enfocado a la old school death metal. Su disco, “Ecos Del Tiempo”, se resume como un “abrasivo death metal clásico que desata hostilidad y melodía bajo violentos riffs. Esto es metal desafiante de voz desgarrada, ejecutado con velocidad y coraje que retoma el viejo estilo mexicano de los 90’s”.
En cuanto al sitio en donde se desarrolló el concierto, nos aventuramos en decir que es un bar típico de un centro histórico de cualquier ciudad de México. La planta baja cuenta con mesas, barra y baños, y al subir por la escalera te encuentras con el escenario. En proporciones, la realidad es que este abarcaba una tercera parte del lugar. A pesar de esto, la gente se congregó rápidamente para disfrutar el show, y había espacio para más mesas, dos áreas de mercancía, y el lugar para que los músicos resguardaran sus instrumentos.
Shade Empire mantiene una fidelidad en cuanto a su sonido en vivo que al de sus álbumes. Hämäläinen en la voz, Mantere en el bajo, Sirkkiä y Kivimäki en las guitarras, y Rasane en la batería, crearon un ambiente de euforia y celebración desde el inicio. Con un gran carisma, conectan con el público de manera instantánea.
El concierto se desarrollaba a la perfección, y faltando unas canciones para el gran final, los asistentes nos percatamos de la presencia de varios elementos de Protección Civil y del gobierno. Reunidos en la escalera, buscando al dueño del establecimiento y a los organizadores, se veía lo inevitable: la interrupción del concierto y la clausura del lugar.
Y así, Hamalainen informó la situación a todos, indicando que la banda se prestaría a tomar fotos y firmar autógrafos a todo quien quisiera, a manera de compensación. Al increpar al personal de gobierno de las razones de la clausura y desalojo de los asistentes, se mencionó de la supuesta falta de permisos. Interesante, pues varios bares y antros se encontraban abiertos a altas horas de la madrugada ese día en el Centro Histórico; sin embargo, si la motivación de clausura de Franky’s Stage fuera por temas de seguridad, no tenemos inconvenientes.
No obstante, en medio de la calle, en la madrugada, con transeúntes que asistieron (o asistían) a fiestas de disfraces que nos miraban raro (y viceversa), fue una gran noche para nosotros, los nacidos de las llamas y bautizados en fuego. Esta es mi manada de lobos, y ustedes son nuestra presa.
Agradecimientos especiales a Zero Prods por las facilidades otorgadas.
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Fotos por HugoEmeCe