DESTRUCTION: Cuatro décadas de devastación eterna

Por HugoEmeCe

Originarios de Weil am Rhein, de la entonces República Federal de Alemania, el bajista Marcel “Schmier” y el guitarrista Mike Sifringer fundaron en 1983 Destruction, uno de los cuatro grandes del thrash metal teutón junto con Sodom, Tankard y Kreator.

Ellos han sido recurrentes en visitar tierras aztecas, y no es la primera vez que vienen a San Luis Potosí. En 2015 llegaron al Bunker Sala de Conciertos como trío y destrozaron el lugar. Este 2023, con cambios de integrantes y ya como cuarteto, se enfrascaron en una gira mundial para celebrar sus cuarenta años en el camino del metal. Y una de las citas fue en el Bunker 57. Distinta alineación, diferente lugar, pero misma ferocidad a la hora de tocar.

Con la importancia y respeto que se le debe de dar una banda de este calibre, no tuvieron abridores. Duros y directos. Además de Schmier, lo acompañaban Randy Black en la batería con Damir Eskić y Martín Furia en guitarras. Tocaron canciones de todos sus discos, evitando su época noventera. Acá el setlist.

Fue espectacular ver a la banda haciendo lo que mejor hace desde hace cuatro décadas: thrash metal agresivo y bestial. ¿Cómo es posible que sigan tocando con tal energía? ¿Por qué hay bandas -como Slayer- que deciden retirarse al no mantener el ímpetu o creatividad de sus años dorados?

Destruction no es un acto de nostalgia (desde 2011 han sacado seis álbumes de estudio que no decepcionan), ni han ablandado su sonido, manteniéndose fieles a una escena que está más alejada del mainstream. Varios de sus contemporáneos tardan años en publicar nueva música y cuando lo hacen es inferior (hola Metallica).

Hoy todo se trata de vender, lo cual no está mal siempre y cuando lo que ofrezcas tenga calidad. Como dicen en su canción ‘Whoreification’ del disco “Diabolical” (2022): “People wanna be a star. In this modern media world. Like an obscure bazaar. Egos have been hurled. What a vanity fair. Go sell your soul. For a like or a share. Show your life as a whole”.

Como se aludió antes, si bien cambiaron su sonido en los noventa, retomaron el camino en el nuevo milenio. No se vendieron ni se venderán. Cero concesiones. Tal vez sea la emoción del momento, pero Destruction cumplió con creces aquella noche de octubre en tierras potosinas.

Fotos por HugoEmeCe

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