CRADLE OF FILTH: cuando eramos jóvenes
La época de la preparatoria fueron mis años formativos en el metal. Si bien ya escuchaba riffs pesados desde la primaria (gracias al acceso a la televisión por cable) con bandas de nü metal (ya sé, ya sé) y cosas comerciales como Metallica, donde verdaderamente me enamoré de melodías más agresivas y extremas (valga la expresión) fue en mi adolescencia.
Gracias a aquellos comerciantes que se dedicaban a la reproducción no autorizada de material auditivo protegido por derechos de propiedad intelectual (di no a la piratería), me hice de muchos, muchos discos.
Y como la adolescencia es un tiempo de transición de niño a adulto, también en el metal representó un tema de evolución. Uno no espera que le guste de primeras bandas como Suffocation o Bolt Thrower, siempre se empieza de algo más suave. Una de aquellas bandas que sirvieron de puente a algo más atascado es, sin duda, Cradle Of Filth.
La propuesta musical con toques de gótico y black metal de los británicos liderados por Dani Filth siempre la relaciono con mis años de juventud. Por tanto, su visita a tierras potosinas era un evento al que no podía faltar.
La cita fue el 28 de septiembre en el Centro Deportivo 2000 de la mano de Dark Entries Prods. La encargada de abrir el concierto fue Aborrecido, banda local que toca black/death metal. Si te los perdiste puedes escuchar su EP de 2022 “Pacto de Fuego”.
Para los que a muchos consideraron inusual fue el siguiente acto: 8 Kalacas, conjunto de hardcore/ska del condado de Orange, California. Ante la incredulidad de varios de los presentes, y de comentarios relacionados a que “no querían escuchar a Panteón Rococó” (dicho por alguien de la audiencia al lado mío), la realidad es que sorprendieron a todos. La unión de voces limpias y guturales con las trompetas y riffs pesados, por alguna razón tenían sinergia y sonaron bastante bien.
Así, llegó la hora de ver Cradle Of Filth. Si bien ya se ha tenido oportunidad de verlos en ocasiones pasadas, como en el México Metal Fest V, tenerlos por primera vez en San Luis Potosí fue algo espectacular. Se aventaron un total de trece canciones, algunas que no pensé que tocarían (acá el setlist).
Canciones que, como se mencionó al inició, evocaban a los tiempos de la prepa. Y con más fuerza pues me fue grato encontrar a muchísimos amigos y compañeros de aquel período, que por las circunstancias de la vida ya no nos frecuentamos o de plano nos perdimos el rastro.
Todo cambia y cada quien toma rumbos distintos de acuerdo a las decisiones (buenas o malas) que se toman en la vida. Pero este concierto me enseñó que la música siempre nos va a unir, a volver a juntar, a recordar tiempos en los que tal vez no fueron mejores o felices, pero si eran más sencillos, sin tantos problemas. Increíble que una banda cuyo vocalista canta como chillido de puerco en el rastro me haga reflexionar sobre eso.
Fotos por HugoEmeCe